Milonga de Artigas

La Milonga de Artigas es una experiencia cultural y de construcción comunitaria que desde hace casi dos décadas transforma la escuela en milonga y que conjuga en cada evento una apuesta al encuentro festivo, los aprendizajes colectivos y la producción solidaria.

El proyecto comenzó a gestarse en 2006 y porta en su origen mismo un gesto solidario: nació para recaudar fondos para mejorar una escuela rural en Misiones. La consigna de aquél entonces: “bailamos y construimos una escuela”, se continúa resignificando hoy a lo largo del tiempo. 

La gestión de la milonga es colectiva: la organizan estudiantes, docentes, trabajadores de la escuela y la asociación cooperadora. De tal modo, los estudiantes de audio y sonido junto a sus docentes, se ocupan de que la musicalización de las tandas y la orquesta en vivo de cada noche se aprecien y disfruten. Por su parte, quienes estudian gastronomía y bartender realizan sus prácticas profesionalizantes elaborando la oferta de platos, postres y tragos que se han convertido ya en una marca distintiva de la milonga, por su impronta artesanal y de calidad. Lo mismo sucede con los cursos de mozos y camareras que aportan su atención, o con los de serigrafía que diseñan e imprimen los menús de cada encuentro. 

Así, junto a otros actores institucionales  y demás “cómplices” (como el Colectivo Aires del Sur que acompaña con sus clases de tango cada inicio de milonga) cobra cuerpo la trama colectiva que sostiene el proyecto. Trama que se completa cada vez que el patio de la escuela devenido pista de baile se nutre de vecinos, bailarines, músicos y demás participantes para dar lugar al disfrute compartido. 

Por otra parte, los recursos generados en cada encuentro retornan a los cursos bajo la forma de insumos,  para democratizar el acceso a los materiales y garantizar la calidad de los aprendizajes, lo cual se encuadra en la lógica de Producción Solidaria de Insumos que caracteriza a los proyectos del CFP 24.

De esta manera, como escuela pública de oficios, apuntamos a hacer confluir un objetivo pedagógico y a la vez político: producción cultural y aprendizajes situados, sostenidos en la construcción de lo común.