La Cazona de Flores
La Cazona de Flores es un casco de quinta de finales del siglo XIX que está a solo 50 metros del Centro de Formación Profesional n° 24. El espacio funciona como anexo de la escuela, y allí se dictan los cursos de capacitación en Bartender, Mozos y Camareras, Colocador de placas de yeso, Operador de sonido, Huerta agroecológica, entre otros. Además, a través de la Asociación Cooperadora, se organizan actividades sociales y culturales que permiten a los y las estudiantes realizar sus prácticas profesionalizantes y fortalecer el entramado comunitario que caracteriza al proyecto pedagógico del CFP 24.
La construcción de esta casa señorial data de 1872. Un año antes, la epidemia de fiebre amarilla había azotado la ciudad de Buenos Aires, y las familias más ricas habían huido del centro de la ciudad hacia las periferias. Hacía poco que Flores había dejado de ser un pueblo de campaña (federal y tradicionalista). Desde la llegada del ferrocarril, se había ido poblando de suntuosas quintas y residencias de verano. A una de esas quintas se mudó la familia Bell, fundadora tanto de la ciudad de City Bell, en la Provincia de Buenos Aires, como de Bell Ville, en Córdoba. Y ese fue precisamente el nombre de esta casona durante las últimas décadas del siglo XIX: Bell Ville.
Con el cambio de siglo y la llegada de miles de inmigrantes, el paisaje empezó a transformarse. El tren dejó de ser de uso exclusivo de la élite y aparecieron nuevos pobladores y comercios. Las lujosas casas quintas se fueron desmembrando, y eso mismo sucedió con la de la familia Bell, loteada en varios terrenos. Los que incluían a la casona fueron comprados, en 1908, por un refinado comerciante turinés dedicado a la exportación de pianos, armonios y órganos para iglesias. Un negocio próspero que había comenzado su padre y que él esperaba consolidar, si no fuera porque la crisis del ’29 lo hundió hasta quebrar la empresa.
De esa crisis no se salvó ni la casona, que ese mismo año fue rematada y adquirida por un grupo de médicos y militantes socialistas con la idea de fundar un Hogar Infantil para niñas huérfanas. “No fundamos un asilo ni un espacio de reclusión —dijo Alicia Moreau de Justo el día de su inauguración—, sino una casa que pueda proporcionar vida familiar y criterios de convivencia social.” Una y mil historias rodearon la vida de este orfelinato. Los ecos de las voces de las niñas que lo habitaron aún resuenan en sus paredes.
El hogar infantil cerró sus puertas en el año 2000 y fue entregada en comodato al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hasta 2010, cuando la casona comenzó lentamente a convertirse en la Cazona que hoy conocemos. Docentes de nuestra escuela, junto a vecinas/os y organizaciones sociales, participaron de la reconstrucción del espacio, sostenido desde ese momento por distintos proyectos que mantienen como condición su matriz cooperativa, social y educativa. El CFP 24 es uno de ellos.