Los oficios no tienen género
La Formación Profesional se constituye como un ámbito educativo altamente segregado, que refleja la división ocupacional de género y a la vez la reproduce.
Esto quiere decir que la oferta educativa refuerza la segmentación de género, que se basa en la división sexual del trabajo y se traduce posteriormente en segregación laboral basada en estereotipos de género de las ocupaciones: los varones se desarrollan mayoritariamente en sectores profesionales tradicionalmente masculinizados (construcción, mecánica, energía) y las mujeres en rubros feminizados (estética, textil, gastronomía, educación).
La mayoría de las y los estudiantes eligen y finalmente cursa las especialidades típicas de su género y las instituciones educativas también cumplen un rol en la orientación vocacional que incide en alguna medida en la elección de carrera o en su permanencia.
En este sentido, se hace necesario desnaturalizar el sentido común que sostiene estos estereotipos identificando sus mecanismos de reproducción, tanto en los contenidos curriculares como en la vida cotidiana de la institución, con el objeto de promover mayor igualdad de oportunidades en el desarrollo profesional de las personas.
Incorporar la perspectiva de género en la institución educativa, implica revisar, reflexionar y cuestionar muchas de las ideas y concepciones que tenemos sobre cómo nos relacionamos, sobre los roles tradicionalmente asignados a mujeres y varones, sobre las expectativas hacia unos y otras. Al mismo tiempo, nos interpela a des-binarizar la mirada y reconocer otras identidades de género dentro de nuestras aulas y talleres.
La elección de una especialidad formativa responde a bases socio culturales profundas que se ve reflejada en nuestras estadísticas: los cursos culturalmente asociados a lo femenino como estética, gastronomía y artesanías, tienen un 85% de asistencia de mujeres y diversidades, mientras que los cursos culturalmente asociados a lo “masculino” como construcciones e informática tienen un 87% de participación de varones.
La formación profesional históricamente ha sido un ámbito altamente segregado que refleja la división ocupacional de género, por lo que una política educativa con perspectiva de género debe focalizarse en la etapa previa.
En el CFP 24, pensamos que los oficios no tienen género, mirá los videos de la campaña en:
Herramientas para la ESI | Construcciones
Herramientas para la ESI | Educación Sexual Integral en el CFP 24
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Equipo de ESI del CFP24